¿También nos harán callar en la red?

Como ya habremos oído (y leído), la «Ley de seguridad ciudadana» limita el derecho de manifestación, suprime los escraches, con multas de hasta 600.000 euros por concentrarse alrededor del Congreso y 30.000 euros por insultar a un policía (ahora bien, el policía se podrá cagar en tus muertos).

«Cualquier persona tienen derecho a manifestarse y expresar su opinión libremente, pero ésta tiene sus límites donde empiezan los derechos del otro», ha remarcado Sáenz de Santamaría.

La Gaceta

¿Acaso los «derechos del otro» no son también los nuestros? ¿Y acaso esta ley no afecta al «otro» como nos afecta al resto? Siendo malpensados y malpensadas podríamos interpretar esto como una excusa barata que nos divide en grupos y nos confronta. Porque, hablando sin tapujos, claramente todos los manifestantes son unos radicales… ¡No me digas que estás en contra del sistema! ¡No me digas que no estás de acuerdo con las relaciones verticales y la jerarquía!

No. No todos tenemos los mismos derechos. Los que se sientan a jugar con nosotros como si fuéramos marionetas no tienen nada por lo que quejarse. ¿Para qué iban a necesitar ellos las manifestaciones? Sólo son un incordio…

Por supuesto, esto ha tenido su repercusión en las calles y, como siempre vemos en este blog, en las redes sociales. Además de los medios de comunicación, los internautas han hablado:

https://twitter.com/marcosmc88/status/405041812005343232

¿Y si las multas de la ley de seguridad ciudadana fueran la nueva cadena para el obrero ahora que no se pueden hipotecar?

— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) November 22, 2013

Están redactando una ley de seguridad ciudadana tan buena que no nos vamos a poder quejar.

— elbaronrojo (@elbaronrojo) November 19, 2013

Claro que las respuestas han sido variadas.

¿Qué será lo próximo? ¿Las telepantallas de George Orwell?