¿Por qué RTVV no es tanca?

Radiotelevisió Valenciana (RTVV) es un ente público de la Generalitat Valenciana que no se cierra. No se cierra, precisamente, porque es público: es nuestro. No se cierra porque como autonomía debemos tener nuestra propia radio y nuestra propia televisión. No se cierra porque el Gobierno quiere fomentar el empleo. No se cierra porque es cultura. Y no se cierra porque si el dinero público se invirtiera en servicios para los ciudadanos y ciudadanas, y no en fiestas privadas de los mandamases, todo funcionaría como debe funcionar.

No cerraré un colegio o un hospital por tener una televisión

Sabias palabras del presidente de la Comunitat Valenciana, Alberto Fabra

Es vergonzoso que utilicen los recortes en educación y sanidad en su beneficio para justificar el cierre de otro servicio público. Ser políticamente correctos ya no nos sirve, admitámoslo: estos políticos no hacen más que cagadas. ¿Qué pensaba el señor Fabra al hacer tal declaración? Lo imagino en una mesa, con sus agentes de comunicación, maquinando el discurso ideal: «Ya lo tengo… ¿qué es lo que les preocupa ahora a estos valencianos? No paran de quejarse de si la educación bla, bla, bla, y sanidad bla, bla. Ya sabéis, cosas de plebeyos… ¡Pues les haremos ver que el cierre es en su beneficio!».

Lo que sí pagamos son sus fiestas…

…y las ruinas de los cochecitos y barquitos que ahora quedan abandonadas.

El 5 de noviembre de 2013 es la fecha en la que el gobierno valenciano anuncia el cierre de RTVV, por no poder readmitir a miles de empleados despedidos en un ERE (que no surge de la nada, sino de la mala gestión del propio gobierno). Es el cuento sin fin: hacemos mal las cosas, tiene malas consecuencias, lo excusamos con que «la situación se ha dado así, desgraciadamente». Desgraciadamente para nosotros, claro.

Ahora bien, a principio de este artículo decía que debemos tener una radiotelevisión propia, que nos dé a conocer nuestra cultura (poco explorada y explotada), que preserve la lengua valenciana y sobre todo nos informe en un nivel más cercano huyendo de la omnipresente centralización que a España tanto le gusta. Los últimos días, desde el anuncio del cierre, Canal 9 está actuando como debería haberlo hecho mucho antes: con transparencia. Sin embargo, también debemos reflexionar en la ética de los trabajadores de la cadena; si tan mal lo pasaban, si eran tales las amenazas (incluso se habla de abusos sexuales), si les forzaban a censurar todas las publicaciones y a publicar sólo lo que convenía a los de arriba… ¿Quién les obligaba a seguir trabajando ahí? Claro que tendrán una familia (o no), y tendrán que ganarse un sueldo. Pero si han estudiado periodismo, audiovisuales o lo que les haya llevado a para allí (no hablo de los enchufados) para no ejercer de periodistas sino de monigotes a manos de unos sinvergüenzas de los que ahora sí rajan, yo ni lo entiendo ni lo comparto. Porque está muy bien que destapen todo el entramado, pero eso debía haber sido hace mucho tiempo. Porque ellos han sufrido pero también han permitido que durante décadas los valencianos y valencianas recibieran un servicio, que pagamos todos, de tal calibre.

Por lo tanto: no, RTVV no es tanca. Porque lo que hace falta es una radiotelevisión honesta, transparente. Y para ello, una renovación en contenidos, plantilla y reestructuración. Que nuestro dinero se invierta por lo que de verdad queremos pagar, y no en fiestas de directivos (hasta donde sabemos, hemos podido invertir de nuestros bolsillos incluso en el fomento de la prostitución).

Por lo tanto, yo opto por una NUEVA radiotelevisión valenciana, pública y no politizada. Porque, hablando de mala gestión, a ver si es verdad que algún día existe ese utópico CEMA que lleva desarrollado desde 2006.

Remember, remember, the fith of November…

#RIPErasmus

24 de octubre de 2013. Esta fecha marca otra de tantas huelgas generales educativas, que el Ministerio seguramente cree que se hacen por gusto. Pero además, esta fecha está marcada por la decisión del partido político que nos gobierna, y más específicamente de la mano de José Ignacio Wert, de eliminar la ayuda financiera a los estudiantes Erasmus Outgoing (es decir, los estudiantes españoles que van al extranjero) que no disfrutaran de la beca MEC 2013-2014.

Esto es, en líneas generales: te prometen un dinero con el que tú cuentas, y te basas, para tomar la decisión de irte a otro país; sin este dinero muchos y muchas de los y las estudiantes ni se habrían planteado irse de España. Haces las maletas, por fin con la idea de pasar de cuatro a ocho meses en un país que no conoces, pero con la seguridad de que al final del viaje de estudios recuperarás parte de tu dinero porque el Ministerio de Educación y Cultura así te lo garantiza. La sorpresa llega cuando, ya asentado o asentada en tu país destino, con el curso comenzado de hace meses, un señor llamado Wert te dice que si no cumplías los requisitos para recibir la beca MEC, ¿por qué te van a tener que ayudar en el Erasmus?

Cabe recordar que, antes de esta medida, los estudiantes que no disfrutaban de la beca MEC ya recibían menos cuantía que los demás. ¿Y de qué depende tu suerte? Principalmente de los ingresos que recibas tú o tu familia, así como de la lejanía de tu centro de estudios respecto a tu hogar, entre otros requisitos. Sin embargo, el requerimiento clave será en muchas ocasiones que el gobierno no tiene dinero para ti, independientemente de tu condición.

El quid de la cuestión, dejando a un margen la ética y necesidad de los recortes (que nunca tocarán los bolsillos de quienes los llevan a cabo), es que esta ayuda económica ha sido suprimida una vez ya había comenzado el curso y los estudiantes estaban asentados en sus países correspondientes. El barullo que se ha armado en las redes sociales y plataformas como Youtube ha activado la catapulta de piedras dirigidas a Wert. Y con razón.

https://twitter.com/motleypoetry/status/397434203152740352

Entreguen 200.000 signatures a Wert per a "salvar" les beques Erasmus http://t.co/asQwn2ghNw Impresionant agilitat i efectivitat #RIPErasmus

— Arnau Cunillera (@arnaucuni) November 6, 2013

#RIPErasmus – Such a shame for Spanish students. Here's to hoping other EU countries don't follow suit

— Naomi Cachia (@naomicachia) November 4, 2013

Algunos dirán que «el Erasmus sólo es fiesta», que «no es necesario» o incluso que «es un capricho». Y en cierta parte tendrán razón: no es necesario, y por lo tanto puede considerarse un capricho. Ahora bien, «es sólo fiesta» para quien quiera desaprovechar una oportunidad como la que se nos brinda: no sólo es útil para aquéllos que estudian filologías o grado de traducción, además de mejorar el nivel en idiomas (como en inglés, que Ana Botella es fiel reflejo de cómo andamos en el tema) también se aprende en cultura. ¿Tan malo es reconocer que en muchos otros países tienen un sistema educativo modernizado y más eficaz? Además de conocer la especialidad de cada licenciatura en otros lugares de Europa: cómo se imparte, cómo se entiende, cómo se aprende y cómo se vive.

El caso es que nos lo ponen difícil para quedarnos y, ahora, también para irnos. Nos conformaremos con una relaxing cup of café con leche in la cola de Europa.

#RIPErasmus